Me quedé huérfana cuando murieron mis padres y me enviaron a vivir con mi abuelo.

Tras sufrir graves malos tratos, desnutrición y abandono, tuvieron que hospitalizarme. Tenía muchos tubos conectados y apenas podía abrir los ojos, por no hablar de mover la cabeza. Cuando salí del hospital, tenía 3 años y pesaba sólo 21 libras.

Cuando llegué a Legacy of Hope, me sentí rodeada de amor. Empecé a comer y beber por mí misma, a caminar con confianza y a mejorar mi vocabulario. Gané peso y poco a poco volví a la vida. Estoy esperando y deseando tener mi familia para siempre. No puedo esperar a tener finalmente un lugar al que llamar hogar.