UN NUEVO KEVIN

La siguiente historia la cuenta Madison Frank

El 13 de diciembre comenzó con una llamada telefónica, como la mayoría de las historias de los niños de Legacy of Hope. Era nuestro amigo que trabaja en el hospital notificándonos que había un niño pequeño que estaba extremadamente desnutrido y que había sido traído sin ropa ni nadie que lo cuidara. Automáticamente, nuestro primer instinto fue reunir toda la ropa vieja de nuestro hijo y algunos juguetes y llevarlos al hospital.

Sin embargo, no estábamos preparados para lo que vimos allí. Cuando le vimos, se nos partió el corazón. Estaba cubierto de tubos y apenas podía abrir los ojos, por no hablar de mover la cabeza.

Kevin había quedado huérfano al morir sus padres. Entonces fue enviado a vivir con su abuelo, pero éste también murió mientras vivía solo con Kevin. Nadie sabe exactamente cuánto tiempo estuvo Kevin solo, y se desconocen muchas de las circunstancias que rodearon su caso antes de ingresar en el hospital, pero lo que sí se sabe es que sufría desnutrición grave y abandono.

Nos impulsó el deseo de ayudarle a recuperarse. El rumbo que tomamos parecía normal. Al fin y al cabo, ya habíamos visto antes este tipo de hospitalidad sin límites. La madre de mi marido tiene este legado. Lleva años acogiendo a niños de la calle, niños de familias desestructuradas, niños que necesitan amor, y cuidando de ellos en su propia casa y con su familia. Actualmente tiene tres niños viviendo con ella, entre ellos un chico al que ha criado desde que tenía meses y que ahora tiene 19 años. Estos niños son como hermanos y hermanas para nosotros.

Hablamos con ella de nuestro deseo y nos aseguró que Kevin sería un regalo de Dios. Sabiendo que estos niños cuidados por mi suegra eran una bendición para nuestra familia, queríamos ayudar a este pequeño en el hospital tanto como pudiéramos.

Visitamos a Kevin varias veces en el hospital por Navidad y Año Nuevo. Le llevamos vitaminas, PediaSure y tentempiés, y le hicimos saber que no estaba solo. Después de recuperarse en el hospital durante cuatro meses, la DINAF vino y lo trasladó a Santa Rosa.

Esta noticia nos afectó mucho a mi marido y a mí. Sinceramente, pensamos que no volveríamos a verle. Sin embargo, también nos sentimos aliviados de que estuviera en el radar de alguien y recibiera los cuidados que necesitaba.

Debido a los deseos que Kevin despertó en nuestras vidas, decidimos que queríamos ayudar a más niños que estuvieran en la misma situación que él. Había recordado una conversación que tuve con una familia en Gracias que trabajaba con la Fundación Legado de Esperanza, así que les envié un correo electrónico sobre mi deseo de convertirme en una familia de acogida. Mi marido y yo fuimos a través de cursos de formación, recogió el papeleo y autorizaciones, y comenzó a prepararse en todo lo que pudimos para traer a un niño de crianza en nuestra casa. Estábamos tan contentos de convertirnos finalmente en padres de acogida, y para nuestra completa sorpresa, Legacy of Hope tenía a Kevin a su cuidado. El Kevin que había despertado nuestro deseo de ser padres de acogida. El Kevin por el que se nos rompió el corazón en el hospital. El Kevin que pensamos que nunca volveríamos a ver. Estábamos tan emocionados al saber que encajaría perfectamente con mi marido, conmigo y con nuestro hijo de tres años.

Cuando Kevin había salido del hospital de Gracias, tenía 3 años y sólo pesaba 21 libras. Inmediatamente lo llevaron a Legacy of Hope y lo pusieron al cuidado de Ericka. Con la ayuda de los médicos, se había elaborado un estricto plan de dieta y un horario para él. Aquella época había sido un reto porque, al estar tan desnutrido, su estómago era muy sensible y vomitaba a menudo y tenía diarrea severa. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, Kevin había seguido ganando peso. Durante estos meses con Ericka, también había aprendido a andar, a decir algunas palabras y a alimentarse solo con una cuchara.

Por fin, después de meses en el hospital y meses en cuidados transitorios con Ericka, Kevin volvería a casa con nosotros. El primer día estaba muy nerviosa porque quizá no se sintiera cómodo allí y quizá no fuera lo adecuado para él. Habíamos hecho un plan de transición con visitas, pero aún no sabíamos cómo se desarrollaría. Cuando por fin llegó, esbozó una sonrisa que me robó el corazón y me dio un gran abrazo. Estaba más que contento de estar con nosotros y se adaptó bien a su nuevo entorno.

Ha pasado un mes y Kevin ya se siente como en casa. Ha mejorado su vocabulario, come y bebe solo, camina y corre con confianza y está aprendiendo muchos trucos de su hermano mayor. El hecho de que Legacy of Hope lo haya acogido en nuestra familia ha cambiado todo su futuro. Él es tan amado y apoyado, y estamos tan agradecidos de compartir esta oportunidad con él. Él es honestamente un nuevo Kevin.

Apocalipsis 21:5 "Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, hago nuevas todas las cosas".

Oportunidades de asociación

Esta historia es sólo una de las muchas en las que los hogares de acogida y de crisis de Legacy of Hope fueron capaces de cubrir temporalmente el vacío de una madre o familia cariñosa, y permitir que los niños se reunieran de nuevo en una mejor posición que cuando se fueron. ¿Consideraría usted asociarse con nosotros para hacer crecer el modelo de cuidado de crianza en todo el occidente de Honduras y más allá?