Hogares de acogida de emergencia
Nuestros Hogares de Acogida de Emergencia son entornos únicos, de estilo familiar, que proporcionan atención a corto plazo a los niños hasta que los servicios de atención a la infancia puedan ubicarlos en un entorno seguro y permanente. Con el apoyo de nuestro dedicado personal hondureño, psicólogos y equipo de liderazgo, nos esforzamos por ayudar a cada niño dentro de su contexto cultural, capacitándolos para confiar en sus comunidades y adultos de confianza para alcanzar su máximo potencial.
La mayoría de los niños que llegan a nuestro centro han sufrido abusos, negligencia o abandono. Debido a nuestra proximidad a la frontera, también recibimos con frecuencia casos de inmigración. La duración de la estancia puede variar de unos pocos días a varias semanas.
Legacy of Hope es uno de los pocos centros totalmente equipados para ofrecer atención informada sobre traumas, adaptando las intervenciones para satisfacer las necesidades únicas de cada niño. Gracias a su enfoque especializado, el centro garantiza que cada niño reciba apoyo individualizado, abordando sus necesidades inmediatas y a largo plazo con compasión y eficacia.
Las siguientes historias y citas proceden de algunos de nuestros casos. Tenga en cuenta que muchos de los niños con los que nos encontramos han sufrido grandes traumas, así que tenga cuidado al leer.
"Soy un niño de 9 años que fue atacado por un familiar borracho a altas horas de la noche con un machete. Tengo 11 puntos en el brazo y está rojo e hinchado. A veces esnifo pegamento para que se me pasen los dolores del hambre y las preocupaciones, pero hoy no hay forma de mitigar el dolor físico y emocional que soporto. Soy el hombre de la casa y temo que no me dejen volver con mi madre y mis hermanos. Me preocupa qué será de ellos sin mí.
Soy una chica de 16 años a la que violaron de camino al mercado. Salí de mi pequeño pueblo en las montañas para dar a luz en un hospital público a 3 horas de distancia. He pasado las últimas 24 horas sola en ese hospital. Estoy luchando por producir suficiente leche para alimentar a mi bebé, pero no la abandonaré. Estoy llena de miedo e incertidumbre mientras espero a que los servicios sociales localicen a un familiar dispuesto a acogerme.
Soy un niño de 7 años al que cogieron solo en la frontera guatemalteca. Cuando las bandas entraron en mi pueblo, se volvió violento y peligroso. Mi madre abandonó nuestro pueblo con la esperanza de tener una vida mejor en Estados Unidos. Trabajó 3 años como trabajadora migrante recogiendo verduras para cumplir su promesa de traerme con ella. Pagó 2.000 dólares a mi guía para que me pasara de contrabando por la frontera. Me maltrataba y me obligaba a caminar día y noche sin comida ni agua. Me abandonó cuando las autoridades empezaron a perseguirnos, y yo era demasiado lenta y débil para seguirle el ritmo. No sé si volveré a ver a mi madre".
- Niños del Centro de Atención de Crisis